miércoles, 8 de octubre de 2008

¿Cuál Es el árbol más longevo de la ciudad de México?

Testigo de la historia, como un puente del mundo indígena hacia la modernidad, un ahuehuete se encuentra en el Bosque de Chapultepec y es conocido como “El Sargento”.

Quienes cuidan el bosque podrían ubicarlo con facilidad, pero cualquier persona puede dar con él. Se encuentra al pie del Castillo y se puede acceder al viejo árbol siguiendo una calzada cercada a la Casa de los Espejos.

Si se sigue este vereda, se pueden apreciar algunos relieves prehispánicos de tiempo de Ahuizotl, uno de los Tlatuanis del Imperio mexica. Luego, se llega a una rotonda en cuyo centro está “El Sargento”.

Se cuenta que este árbol, también conocido como “El Centinela”, fue plantado por el gran poeta indígena Nezahualcóyotl a petición de Moctezuma, e incluso, se dice que el señor de Texcoco fue quien plantó los primeros ahuehuetes en la zona, hacia el año de 1460.

“El Sargento” vivió aproximadamente 500 años aunque hay quien afirma que de vez en vez florea alguna rama.

En vísperas del Bicentenario de la Independencia de México, “El Sargento no debe ser olvidado”. Su imagen se puede localizar en Internet.

Fotografía obtenida de: http://flickr.com/photos/32085202@N00/2352102833



















miércoles, 24 de septiembre de 2008

La Columna como mausoleo

La Columna a la Independencia de México ante todo es un mausoleo que guarda 12 urnas de los principales caudillos de esta gesta, que tuvo lugar entre 1810 y 1821. En su interior hay un corredor circular franqueado por dos puertas de bronce y en este pasillo hay tres puertas más que resguardan los restos mortales de los héroes.

En una urna de cristal cuyo armazón es de oro y plata se encuentran los cráneos de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez. Todos están marcados por las letras con las que inician sus nombres. La de Jiménez dice “X”, Ximénez.

Esta urna está justo detrás del fuego eterno que se aprecia desde el exterior d la Columna, en donde está labrada en cantera la figura de un ángel que toca la trompeta del juicio final.

Hacia el norte, detrás de la puerta correspondiente, están los restos de Guadalupe Victoria cuyo verdadero nombre fue Miguel Fernández Félix. También están los restos de Guerrero, Andrés Quintana Roo, Leona Vicario (la única mujer) y Pedro Moreno, cuyo nombre no aparece ni en la urna ni en la puerta de bronce.

Tras la puerta sur están: presuntamente José María Morelos, Nicolás Bravo y Mariano Matamoros.

En total, detrás de las tres puertas, aún hay espacio para guardar nueve urnas más.























domingo, 21 de septiembre de 2008

La excomunión de Miguel Hidalgo

El Cura Miguel Hidalgo y Costilla, iniciador de la Independencia de México y Padre de la Patria, era uno de los 4 mil 229 clérigos que había en Nueva España, y también fue uno de los 122 sacerdotes fusilados a consecuencia de esta gesta armada.

Un año antes de ser fusilado, Miguel Hidalgo fue excomulgado, para a pesar de que tal documento existe, éste no procedió por distintas causas:

1.- Manuel Abad y Queipo, quien suscribió en un lenguaje demasiado severo la excomunión, únicamente era obispo electo para Michoacán pero su nombramiento nunca fue avalado en Roma, por lo tanto, la excomunión no procedía.

2.- Las excomuniones de los obispos de Oaxaca y Guadalajara tampoco proceden porque el Cura Miguel Hidalgo no pertenecía a dichas diócesis, por lo tanto, los prelados no tenían la facultad de proceder contra el Padre de la Patria.

3.- Manuel Abad y Queipo, paradógicamente, era amigo de tertulia de Miguel Hidalgo y debido al fuerte lenguaje de la excomunión, es posible que él la haya tenido que firmar bajo presión del gobierno Virreinal. De ser así, Abad y Queipo no hubiera tenido libertad de decisión sobre esta sentencia.

4.- El Cura Miguel Hidalgo, antes de morir, recibió el sacramento de la penitencia, es decir, se confesó, razón por la cual no cabe la menor duda de que murió en plena reconciliación con Dios y con la Iglesia, y por lo mismo, no aplicaba la excomunión. Esto tuvo lugar el 30 de julio de 1811.

5.- El cura Miguel Hidalgo fue sepultado en la Catedral de México, es decir, “en sagrado”, lo que confirma una vez más que la excomunión jamás procedió.


La degradación sacerdotal que enfrentó Hidalgo nada tuvo que ver con la excomunión, simplemente obedeció a que en aquellos días, era inconcebible fusilar a un sacerdote, por lo cual, en materia de la ley civil, era necesario proceder a degradarlo de este sacramento.

Estas fueron las conclusiones a las que llegaron, en dos momentos distintos de nuestra historia, dos Comisiones de historiadores y teólogos que estudiaron el expediente. La primera tuvo lugar durante el gobierno pastoral del cardenal Ernesto Corripio Ahumada, con motivo de los 175 años del inicio de nuestra Independencia, y la segunda, más reciente, decretada por el actual Arzobispo de México.













sábado, 13 de septiembre de 2008

En puertas del Bicentenario, héroes y villanos

Estamos en vísperas del Bicentenario de la Independencia de México, y del Centenario de la Revolución Mexicana.

Ambos acontecimientos tienen un caprichoso ciclo que forma un común denominador, y sobre todo, llama la atención de quienes buscan en la numerología explicaciones de algunos fenómenos. La guerra por la Independencia de México tuvo lugar de 1810 a 1821; la Revolución de 1910 a 1921.

Algunas personas, bajo la infundada creencia de que hay matemáticos ciclos históricos que se deben cumplir, presienten que en México habrá un gran evento social para el 2010, a partir de las coincidencias de las fechas mencionadas, que corresponden a la Independencia y la revolución.

A esto se puede agregar parte de un binomio, pues la Conquista de México culminó en 1521, no obstante, en 1510, no hubo acontecimiento alguno que se pueda equiparar en importancia a los anteriores.

Tampoco durante el siglo XVII hubo acontecimientos dignos de mención, en los años 1610-1621.

Sin embargo, al llegar el Bicentenario de nuestra Independencia y el Centenario de nuestra Revolución, en todos nosotros está el poder contribuir para salir del atolladero en el que nos encontramos, en materia de delincuencia, corrupción, y otros vicios más, que son causas que sólo dan vergüenza y nos empequeñecen como nación libre y soberana.

Lo que muchos historiadores consideran importante es que se aproveche la cercanía del Bicentenario y el Centenario de la Revolución, para hacer un examen de conciencia y una revisión histórica de todos los acontecimientos, porque es necesario aprovechar las experiencias para evitar errores y enderezar el rumbo.

A partir de este revisión documental, México podrá engrandecerse a través de la reconciliación histórica, porque en muchos libros se presentan a los protagonistas de importantes episodios como héroes o villanos, pero en realidad, unos y otros, liberales y conservadores, cada quien en su momento y desde su posición, han sido forjadores de nuestra historia, de nuestra cultura y nuestra patria.

España, en estas fechas, después de padecer ensangrentadas páginas de su historia, ha propuesto un camino de transparencia y reconciliación. Este camino, ecléctico y reconciliador, apunta más hacia la democracia y prepara el camino del porvenir.